martes, 21 de agosto de 2007

Thunder Express

Bienvenidos a su república independiente

Hace bastante tiempo que los últimos discos de The Hellacopters, por reiterativos, me aburren; sus directos, en cambio, lo han hecho siempre, desde aquella lejana primera vez que los vi (aquella noche los teloneros The Hives se llevaron el gato al agua con su show macarra). Por otra parte, lo que alguno de los miembros de los 'Copters ofrece en solitario, lejos de las rígidas directrices que encorsetan la evolución de la formación madre, me entusiasma bastante más. Y no me refiero al proyecto en el que se ha embarcado últimamente su líder Nick Royale (dos insulsos discos de black metal gracias a los cuales ha vuelto a colocarse tras la batería), sino al de su compañero a las seis cuerdas, Robert “Strings” Dahlqvist, quien, acompañado de sus Thunder Express, ha grabado un disco de rock'n'roll realmente atemporal, repleto de clasicismo y elegancia setentera.

Si bien su anterior entrega, el insípido 'We Play For Pleasure' (2004), apuntaba ciertas maneras, con su continuación en la mano aquél sale realmente malparado, incapaz de soportar el embiste que supone la atroz comparación. Valga escuchar cortes como las contagiosas 'Republic Disgrace', 'New York Gold' o 'Pick It Up', medios tiempos tan exquisitamente compuestos como 'Leaving With Ease' y 'Everybody Knows About a Broken Heart', esa soberbia pieza de country-rock que lleva por nombre 'Matrimonion' o el corte final, un inclasificable 'Panic' que -como muy acertadamente opinan por ahí- desprende un tufillo pinkfloydiano incuestionable. El resto de temas, algo por debajo de los expuestos, siguen en cierto modo la estela de la banda que le da para pagar las facturas, pero con más frescura. Ahí están para confirmarlo 'Switch' o 'Vegas', dos temas que pondrían patas arriba cualquier sala de conciertos.

De todo esto se desprende que el corazón de esta aventura paralela del rubio guitarrista late con mucha más fuerza que los últimos discos de The Hellacopters. Algo me dice que es aquí, en Thunder Express, donde Mr. Strings deja fluir sus auténticas inclinaciones musicales, rindiendo tributo a sus heroes personales pero, a su vez, aportando una identidad propia. Sin ir más lejos, él mismo se ha encargado de poner voz a los 11 cortes que componen este 'Republic Disgrace', dando rienda suelta a un talento vocal superior -a mi gusto- al de su compadre Royale. Que los demás aprendan.

lunes, 20 de agosto de 2007

Velvet Revolver

I Want More

Queramos o no, nos guste o no, la música tiene nombre y apellidos. Cuando en la radio oyes por primera vez una canción que llama tu atención, lo primero que pasa por tu cabeza es saber de qué banda se trata, ¿verdad? De nada sirve que una vocecilla te diga 'no pienses en ello, relájate, escucha la puta canción y disfrútala'. No puedes. Debes saber quién está detrás de ella, te va la vida en ello. Pero este conocimiento, en ocasiones, conlleva una serie de implicaciones. Vamos a ver algunas ellas:

Caso 1: esa canción te ha gustado, lo tienes claro. El problema llega cuando el locutor pronuncia el nombre de, por ejemplo,... qué se yo... Take That. "¡Carallo! ¿¡Qué clase de mierda es ésta!?". Nosotros no hemos sido quien lo ha dicho, florecilla, has sido tú; pero ya no hay vuelta atrás. La canción te gusta aunque no quieras reconocerlo. No pasa nada, estáte tranquilo, esta fase poppie-moñas es sólo eso: una fase. Ya se te pasará. De momento, y hasta que se produzca el cambio, anotada queda tu respuesta.

Caso 2: la canción es más bien del montón; no es mala pero tampoco es de ésas que te empujan a comprarte/descargarte el disco de forma inmediata. Discreta, vamos. El dj anuncia que la banda que la ejecuta es ésa de la que todo el mundo (y eso incluye al dichoso Popu) habla maravillas pero que tú todavía no has escuchado. Hummm, por decir algo... Gov't Mule. "¡Ándale, Dios! ¡Esto es bueno, sí! No entra a la primera, pero suena de puta madre. Habrá que escucharla otra vez...". Tú mismo te has retratado: eres un gañán más voluble que una veleta, pero si careces de opinión propia es lo que mereces.

Caso 3: sin ser 'Electric Eye' ni 'Fool For Your Lovin' esa canción es cojonuda. No es tu fantasía sexual, pero oye, te la pone dura. "¿Quien es esta gente? (...) ¡¡Manchurian Nightmare!! Ni puta idea de donde salen estos tíos, pero como el resto de canciones vayan de este palo estamos ante uno de los discos del año...". Investigas un poco y das con ellos en el eMule. Es tal el fervor que sientes por los Manchurian que creas un blog, cuelgas un par de fotos extraídas de su web y vas con el moco que es la banda de tu primo, que se fue a un pueblecito irlandés de intercambio de estudios y se quedó allí montando un grupo. Bien, lo tuyo no tiene perdón de Dios. Eres un fantasmón del copón, pero te has anotado el tanto que supone ser 'de los primeros' en apoyar a una futura banda de éxito. "Yo los escuché antes que nadie" repites en la tasca del pueblo. Para tu desgracia, la emisora que te los descubrió se llama Radio 3.

Éstas son sólo unas pocas, pero existen muchas otras reacciones que pueden darse cuando lo que se está escuchando no encaja con el concepto que se tiene de quién la interpreta. Otra situación, real como la vida misma, podría ser la que me ha producido escuchar 'Libertad', el último disco de Velvet Revolver. Por que, vamos por partes... ¿de verdad me quieren convencer que Duff McKaggan y Slash se sienten realizados tocando estas canciones? Y no lo digo en tono despectivo, ojo, que algunas hasta tienen su punto (se salvan 'Sixteen', 'Spay', las cuatro primeras y poco más).Incluso si estuviésemos hablando de Stone Temple Pilots diría que han grabado un disco bastante bueno -no a la altura de 'Core' o 'Purple' pero sí superior a 'Greetings From The Vatican Gift Shop'-. El problema es que 'Libertad' no es un disco de STP, sino de VR, y ahí tenemos a dos de los miembros originales de Guns N' Roses.. Y sí, vale, de acuerdo, no son pocas las veces que Slash ha vendido y sigue vendiendo su culo al mejor postor, pero también es verdad que cuando a finales de los 90's todo el mundo lo dábamos por perdido para el Rock'n'Roll el muy truhán se sacó de la manga aquel estupendo 'Ain't Life Grand' con sus Snakepit. En cuanto a Duff... hombre, sus discos en solitario, su proyecto Loaded o el disco junto a 10 Minute Warning no son para tirar cohetes, pero no se puede olvidar que este tipo formó parte de Neurotic Outsiders, o que produjo el primer trabajo discográfico de Betty Blowtorch. Así que, con mayor o menor acierto, Duff siempre ha estado del lado de los buenos. ¿Entonces? ¿Qué falla con Velvet Revolver?

Lo mismo es que soy incapaz de entender de qué carajo va 'Libertad'. ¿De librarse de unas ataduras (el hard-rock) que parecen agobiarles con los años? ¿De dar rienda a otras sonoridades? ¿De dejarle todo el trabajo a Scott Weiland? ¿De hacer lo que les sale de la polla porque son estrellas del rock? Supongo que en alguna entrevista intentarán dar algo de luz a estas cuestiones con declaraciones que les reafirmen en esta nueva dirección y tal, y tal... Al carajo, me cuesta creer que Duff y Slash estén involucrados en VR por razones que no sean las estrictamente económicas. ¡Si incluso comercian con sus adicciones, aireando trapos sucios en bochornosos video-clips! Tal vez ellos se sientan cómodos haciendo este tipo de música; yo, por el contrario, me incomodo escuchando unos temas interpretados por unos tipos que sé que pueden darme mucho más.

viernes, 17 de agosto de 2007

Accept

Hoy me ha dado por recuperar un disco que no debe faltar en la colección de cualquier aficionado al metal: 'Accept' (1979), el debut (homónimo, por más que haya quien se empeñe en titularlo 'Lady You', como el tema que lo abre) de los alemanes Accept, una ópera prima de la que nadie, ni sus propios artífices ni sus seguidores, quiere acordarse. O eso parece. Sólo hay que echar un vistazo a los créditos de los álbumes en directo que Accept publicarían años más tarde, o a los discos tributo que posteriormente les dedicarían, para caer en la cuenta que la influencia de álbumes como 'Breaker' (1981), 'Restless & Wild' (1982), 'Balls to the Wall' (1983) o 'Metal Heart' (1985) (casi) han conseguido borrar el recuerdo de su tarjeta de presentación. Tan sólo Therion, en el homenaje 'A Tribute to Accept 2' (2001), hicieron algo de justicia al mundo versioneando la emotiva balada 'Seawinds'.

Y es que me parece de lo más extraño que nadie le preste atención a un disco como 'Accept', una obra que, a día de hoy, me sigue pareciendo notable, con un sonido de lo más personal, y -no lo voy a negar- por la que siento un cariño muy especial. Y no lo digo porque fuese el primer trabajo de Accept en caer en mis manos, que es lo típico en estos casos de amor nostálgico... A mi parecer, 'Accept' atesora un buen puñado de momentos que merecen ser rescatados: piezas de hard-rock metalizado como 'Lady You', 'Tired of Me', o las espídicas 'That's Rock'n'Roll' y 'Free Me Now'; sin olvidarnos de 'Take Him in My Heart' y 'Glad to Be Alone', dos cortes que no pueden evitar disimular la influencia de sus compatriotas Scorpions. De éstos, precisamente, también adoptaron el gusto por las portadas epatantes; en este caso, con una de esas fotografías que se te quedan grabadas en la retina de por vida.

Resulta curioso constatar que las dos baladas que aparecen en el disco ('Glad to Be Alone' y 'Seawinds') no estén interpretadas por el señor Udo Dirkschneider, quien (y es un suponer), tal vez por entonces se sentía inseguro de sus posibilidades vocales. Quien sabe qué secreto se esconde tras esas ausencias... Tuvieron que grabar otro disco, el irregular y mediocre 'I am a Rebel', para que Udo por fin encarase una composición algo más pausada de lo habitual. Ocurrió en su primera obra maestra, 'Breaker', con la correcta'Can't Stand the Night'; aunque los mejores frutos no brotarían hasta el LP 'Balls to the Wall', con la grabación de esa estupenda joya titulada 'Winterdreams'.

Y bien, aunque es indudable que con 'Breaker' los germanos, amén de definir su sonido definitivo -ese mayestático heavy metal rebosante de ultra-poderosos riffs y machotes coros de estilo siberiano-, obtuvieron el espaldarazo que les catapultaría, al menos en Europa, a la primera línea de popularidad, compartiendo gloria con bandas ya consagradas como Judas Priest, Scorpions o Kiss, nadie con dos dedos de frente debería pasar por alto el primer paso de Accept en el mundo discográfico. Palabra.

jueves, 16 de agosto de 2007

Elvis

Como todos los años cuando llega esta fecha, los noticiarios de medio mundo vuelven a recordarnos que tal día como hoy murió el Rey del Rock'n'Roll. Los millones de fans de Elvis que campan por todo el planeta no necesitan tal recordatorio, faltaría más, pero el hijo pródigo de Tupelo bien merece una masiva efeméride televisiva, sobretodo cuando el aniversario suma ya la escalofriante cifra de ¡¡30 años!!

Y es que, a pesar que el año pasado no hallé motivo alguno para conmemorar su defunción, en este 2007 se me antoja obligatorio rendirle un pequeño tributo dedicándole una entrada en el blog. La razón de este gesto dista mucho del hecho de haberme convertido de repente en un seguiror acérrimo del viejo rocker; más bien la razón, doble para ser exactos, pasa por dos circunstancias: primera, mi compañero de piso es un fan a muerte del Rey (entre sus posesiones cuenta con un teléfono que lleva incorporado una action-figure que mueve sus caderas al ritmo de 'Jailhouse House', por lo que no hay día que, al toparme con el simpático chisme, no me acuerde del homenajeado); y, segunda, con la excusa del proyecto de fin de curso de un Ciclo Formativo que me ha tenido ocupado durante parte del período 2006-2007, los últimos meses he estado embarcado en una labor de investigación centrada en Mr. Presley. El resultado: una mini-guía turística destinada a todo aquél que algún día decida seguirle los pasos al hombre que, durante un par de décadas, reinó en el mundo entero desde su trono en Memphis.

Y llegado a este punto, aquí podría dejarlo; pero por esta vez me niego a dar por zanjado mis siempre modestos tributos con unas pocas palabras. En estos momentos me debato entre pinchar 'Elvis la Pelvis', aquella cachonda canción de los valencianos Seguridad Social, o rendirme a la locura de Don Coscarelli y su descacharrante versión del mito, 'Bubba Ho Tep'. Humm, no sé qué hacer... Veré qué tengo más a mano. Otro día os cuento, ¿alright?

miércoles, 15 de agosto de 2007

Games People Play

Here I go again!

Puede sonar exagerado pero, personalmente, y ciñéndome al aspecto musical, el evento más rockero de lo que llevamos de verano viene marcado por la ONCE y su spot televisivo de 'el premio más heavy'. Y es que, a decir verdad, poca música me he llevado a los oídos últimamente. Es lo que tiene pasar las vacaciones fuera de casa...

Tal vez el mayor acontecimiento rockero que he vivido en estas semanas haya sido haber conseguido que la futura madre de mis hijos tararee alguno de los himnos que tanto me gustan ('Shout at the Devil' de Mötley Crüe y 'Surrender' de Cheap Trick se han llevado la palma); y, por increíble que parezca, todo se lo debo a un videojuego. Ya sabéis cual, ¿no? Por supuesto, ése es: el grandioso Guitar Hero 2.

La de horas que nos hemos tirado en el salón de casa de mi brother Charly... Mástil arriba, mástil abajo, hasta dolernos los dedos. Eso sí, principiante que es uno, no he pasado del nivel de dificultad 'easy', que a la que hay que pulsar el cuarto traste la cosa se pone chunga de verdad y se me hace la picha un lío. Nada que ver con la habilidad de mi cuñada, quien recientemente ha logrado superar todos los temas en modo 'medium' (su talón de Aquiles hasta el momento era el 'Symphony of Destruction' de Megadeth -y es que la pareja Friedman&Mustaine ponen el listón demasiado alto con esos solos-), lo que le ha reportado probar suerte con un bonus track oculto -el 'Free Bird' de Lynyrd Skynyrd- que, de momento, no ha podido culminar. ¡Ánimo, Mada!

Y bien, apuesto a que más de uno se halla en el mismo atolladero, ¿cierto? Bueno, no desesperéis, que de aquí a poco se os brindará la oportunidad de poner a prueba vuestra maestría en la digitación con nuevos títulos. El primero en llegar, y como anticipo al 'Guitar Hero 3' -que aparecerá a finales de año-, será 'Guitar Hero: Rock de los 80', a estrenarse este mismo mes para la PS2. El programa, a nivel técnico, no introduce ninguna novedad respecto a sus antecesores, pero cuenta con el aliciente de poder interpretar 30 canciones pertenecientes a la década de la laca y el spandex. Skid Row, Accept, Dio, Poison, Quiet Riot, Judas Priest, Asia, Extreme, Ratt, The Police,... Auténticas delicatessen. Pero no sólo eso; el look de los guitarristas se corresponderá con el estilo de aquellos años, así que no será de extrañar que nos topemos con más de un sosias de C.C.Deville o Slash.

Pero el juego que va a marcar la diferencia en esta nueva modalidad de entretenimiento será 'Rock Band', un innovador simulador musical desarrollado por Harmonix (el mismo equipo de programación de la saga Guitar Hero), que verá la luz el próximo noviembre para las consolas Playstation3 y XBox 360. Sus novedades no serán pocas: se contará con la posibilidad de descargar nuevos temas a través de internet; podrás montar tu propia banda; y, además de la habitual guitarra, también se podrá tocar el bajo, la batería, e incluso la propia voz, requiriéndose para ello de una serie de mandos periféricos diseñados en exclusiva para el juego. Es más, un acuerdo con Fender Musical Instruments Corporation va a hacer posible que el periférico-guitarra tenga la misma forma que el clásico modelo Stratocaster, lo que sin duda aportará un toque de distinción a nuestras partidas. De momento los grupos anunciados pasan por The Who, Nirvana y Metallica, una lista que está ampliándose en estos momentos en base a acuerdos con los sellos más importantes de la industria. El desembolso a lo bestia está garantizado.