jueves, 20 de marzo de 2008

Danko Jones

Men In Black

Habituado a esquivar los bulos que las compañías discográficas intentan colarnos en sus campañas de promoción, me ha sorprendido gratamente que el cambio estilístico que anunciara meses atrás Bad Taste Records, el sello de Danko Jones, haya resultado en esta ocasión de lo más fidedigno. Y para demostrarnos que son gente seria han respaldado -por tiempo limitado- su advertencia permitiendo a los potenciales compradores escuchar enterito, de cabo a rabo, el nuevo disco de sus protegidos en un reproductor myspace); una iniciativa que les honra y que, a mi parecer, desde ayer debiera ser moneda corriente en ésta, la era del mp3, con tal de frenar la piratería (nota irónica: sabiendo de antemano lo malo que es tal o cual disco, la de descargas inútiles que se evitarían...).

Mucho se ha podido leer acerca del cacareado cambio de rumbo del trío canadiense (que no ha sido tan acentuado, que sí lo ha sido, que la fórmula ya se había agotado, que era necesario un golpe de timón, etc...); y personalmente me sumo a quienes consideran ´Never Too Loud´como una vuelta de tuerca, no digo que poco natural, pero sí arriesgada. Es más, admito que en una primera escucha les di por perdidos. De no ser por que el disco lleva la firma del canadiense os prometo que habría pasado de darle una segunda oportunidad. Pero, ¿quien dice imparcialiadad cuando se habla de Danko Jones? Yo no puedo; estos bad ass son una de mis debilidades. ¿Tengo que llamar por eso a un abogado que me defienda?

También admito que, a raíz de su colaboración en el último disco de Annihilator -interpretando uno de sus mejores temas-, pensé que se avecinaba un endurecimiento de su sonido. Me equivoqué; y eso que ´Code of the Road´, la pieza que sirvió de adelanto, no hacía presagiar el giro que iba a experimentar su música. Pero así ha sido; DJ ha diversificado al máximo sus postulados (siempre dentro de unos parámetros rockeros, que nadie se alarme), lo cual ha repercutivo en un sacrificio de la agresividad en pos de la melodía. Eso sí, sin llegar a las tesituras de 'If I Were You' (una oscura y olvidada balada incluida en uno de sus primeros e ilocalizables EP's), pero lejos también de su material más dañino. Y sería injusto responsabilizar de este viraje al productor Nick Raskulinecz; por mucho que este hombre se haya sentado tras los controles en discos tan comerciales como los de Foo Fighters o Stone Sour, su trabajo en la última obra de los thrashers Death Angel -contundente, fiero y metálico hasta la médula- le deja libre de cualquier sospecha. Está claro, pues, que esta orientación más melódica -que no melosa- es decisión exclusiva de la banda. Algo en absoluto reprochable, todo sea dicho. Sólo hay que prestar atención a cortes como ´City Streets´, la pseudo-country ´Take Me Home´, 'Let's Get Undressed' (en el que la línea vocal me trae a la mente a ¡¡los Bee Gees!!) o el guiño a Phil Lynnot que realiza en ´Ravenous´ para valorar como se debe este valiente paso.

En cuanto al supuesto estancamiento creativo de la banda... ahí, en cambio, no estoy de acuerdo. Qué queréis que os diga, de no haber seguido este camino, servidor hubiese recibido con los brazos abiertos otro disco de las características de ´Born A Lion´ o ´Sleep Is The Enemy´. ¿Repetición de esquemas? No nos engañemos. Quien más quien menos, a la que se asegura unas ventas, no abandona ese esquema hasta quemar todas sus naves.

Para finalizar, no me aventuraré a decir que estamos ante el mejor trabajo de su discografía (no lo es), pero ha sido suficiente para hacerme pasar por caja a rascarme el bolsillo (esa edición limitada con dos bonus tracks es una golosina irresistible). Aunque, para ser justos, añadiré que al disco le vaticino una vida más corta que a sus predecesores; más que nada -y aquí volvemos a entrar en lo personal- prefiero su material más duro, algo que en este ´Never Too Loud´ se echa de menos en algunos momentos.

Ahora, la principal duda que me atenaza será comprobar cómo traslada al directo todos estos temas sin que el show pierda su fuerza habitual. No es que desconfíe de sus habilidades como cantante (bastante limitadas, a decir verdad), pero dudo que ponga demasiado émfasis en los cortes más melódicos. Tal como aseguraban en el título de uno de sus álbumes: les gusta sudar sangre.